‘L'incoronazione di Poppea’ en el Auditorio Nacional, un lujo al alcance de todos
© Rafa Martín |
A pesar de no contar con los
medios escénicos de nuestro Teatro Real, este ciclo 'Universo Barroco',
desarrollado en el Auditorio Nacional de Música, es una manera excelente de
acercar aún más la música y la ópera al
público en general, permitiendo mediante precios mucho más asequibles a los
acostumbrados para este género musical: cabe reseñar la gran afluencia que tuvo
el concierto, en una sesión de tres horas y media de duración en las que
pudimos seguir con gran interés las historias de amor, traición y despecho de
los protagonistas.
Esta obra de Claudio Monteverdi,
‘L'incoronazione di Poppea’, con libreto de Giovanni Francesco Busenello, fue
estrenada durante el carnaval de 1642 en Venecia, precede por unos meses a la
muerte de su compositor y nos acerca a unas realidades de plena actualidad.
Es sorprendente cómo los
argumentos de algunas óperas que se escribieron hace casi 500 años, nos
muestran un lado de la realidad que nos resulta tremendamente conocido, como si
los problemas que arrastra la humanidad estuviesen condenados a estar adheridos
a nuestro progreso sin posibilidad de desprendernos de ellos. La coronación de
Popea es una ópera sobre la falta de escrúpulos y de toda ética de quienes se
ven consumidos por la pasión por alcanzar el poder.
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Las disputas en la vida y en el arte pueden desencadenar las más terribles historias y es así como da comienzo esta ópera de Monteverdi, con una discusión entre tres diosas sobre quién de ellas tiene más poder sobre los destinos humanos: la Virtud, la Fortuna y el Amor. Pocos apostarían por la Virtud como caballo ganador por el poco valor que se le concede cuando de lo que se trata es de alcanzar la cima y de la Fortuna, uno nunca puede estar seguro con sus impredecibles vaivenes. Es el amor y sus ramificaciones en forma de deseo los que enhebran este camino hacia la cumbre que articula la voluntad de los protagonistas que no tienen un atisbo de pesar por los cadáveres que van arrojando en los márgenes del camino que han decidido emprender.
El argumento de esta ópera tuvo
la novedad de ser la primera en referirse a un hecho histórico recogido en los
textos de la época y que mostró ante el público un retrato del poder,
desnudándole de todo adorno y mostrando toda la crudeza y descomposición moral
que recorrieron los acontecimientos a los que se refiere.
Por resumirles el argumento sobre
el que da vueltas la música de Monteverdi, la ópera gira en torno a como Nerón
termina por deshacerse de su esposa Octavia para poner en su lugar a la amante,
que es Popea, que a su vez está enredada con Otón. Ninguno pone reparos en
mandar a Octavia al exilio, ordenar a Séneca, que ha sido su consejero, que se
suicide (y esto por ofrecer consejos razonables a quien por naturaleza no sabe
recibirlos) y en el medio aparecen otros muchos personajes sometidos al poder
absoluto de Nerón. Algo que no aparece en la ópera y que sucedió tiempo
después, es que Nerón mata a patadas a Popea cuando estaba embarazada.
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El libreto de Busenello tiene momentos deslumbrantes, como el diálogo que se desarrolla entre Séneca y Nerón y que podría publicarse como un pequeño refranero cargado de sabiduría, de una actualidad hiriente contemplada desde nuestros días por lo que revela de lo poco que hemos cambiado en nuestras estructuras sociales. Transcribo aquí alguna de esas frases del diálogo:
Séneca: “Mal consejero es el
sentimiento que odia a las leyes y a la razón desprecia”.
Nerón: “La ley es para quienes
sirven, y si lo quiero, puedo abolir la antigua y dictar otra nueva“.
Y de nuevo Nerón: “El Senado y el
pueblo me traen sin cuidado”.
Como se dice en el cine,
cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Toda esta historia se hizo
comprensible gracias a la extraordinaria labor de los cantantes y The English
Concert que junto al Coro de la Comunidad de Madrid nos ofrecieron una versión
de concierto enriquecida con todas las intenciones y expresiones teatrales y
dramáticas que la música de Monteverdi destila en sus páginas. Bajo la
dirección de Harry Bicket, este trabajo conjunto en coordinación con los
sobretítulos que podían leerse proyectados en distintas zonas de la sal
Sinfónica del Auditorio Nacional con los textos tanto en el original italiano
como en español, hizo posible que no se echase de menos la labor de un director
de escena, lo que deja la reflexión de que una ópera, sigue siendo tal aunque
no cuente con esta figura, algo que no
puede decirse al revés, aunque nos hayan mal acostumbrado al papel, en
ocasiones preponderante de los directores de escena.
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La ópera se cierra con el dúo de amor triunfante y muy conocido entre Nerón y Popea una vez que alcanzan la cúspide del poder y han depredado a todos los que impedían el cumplimiento de sus deseos. Este bello final, que, sin embargo, no se atribuye a Monteverdi, como sucede con algunas otras partes de esta ópera, ofrece la paradoja de ser sublime y sin embargo estar cantado por dos personajes execrables que carecen de toda nobleza.
Bueno es saberlo por si les
tienta hacerlo sonar en la celebración de su boda o aniversario.
Entre los cantantes, que hicieron
una labor excelente, y que fueron muy numerosos, destacó el propio Nerón,
Kangmin Justim Kim, muy seguro en su papel, Popea interpretada por Jeanine de
Bique, con un hermoso timbre, no siempre libre en su emisión y con una elegante
presencia escénica, Federico Sacchi encarnando a Séneca que fue muy aplaudido,
James Way interpretando varios roles, que supo infundir sentido del humor y
buena línea a su manera de cantar, la muy bella voz de Drusila cantada por Liv
Redpath, la hermosa y redonda voz de Otón interpretado por Lestyn Davies y el excelente canto de Maite Beaumont
en el papel de Octavia.
La orquesta elevó con su
interpretación la ya hermosa partitura en el estilo que se espera de una
orquesta especializada y de gran nivel en este tipo de repertorio y el Coro de
la Comunidad de Madrid, con su flexibilidad habitual supo encajar perfectamente
el estilo barroco de los músicos ingleses.
Para terminar un dato curioso,
hay otra ópera que comienza también con una apuesta entre tres de sus
protagonistas. Se trata de 'Così fan tutte' de Mozart en la que la disputa va de
saber cómo son realmente las mujeres. Seguro que, si tienen la fortuna, y no
nos referimos a la diosa, sino a la dicha, de acercarse a esta obra maestra, no
faltará la polémica, aunque les aconsejo que no realicen apuestas, no sea que
alguien les escriba una ópera.
Mari López
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