Chano Domínguez envuelve con aromas flamencos la ciudad

by - octubre 27, 2024


Chano Domínguez. / Fotografía de Elvira Megías
El matrimonio formado por el jazz y cualquier otro tipo de música es siempre celebrado porque el jazz hace buena pareja con todo, se deja querer y ama cualquier cosa que salga de un instrumento. Desde la música de Bach hasta el flamenco o la música latina, el jazz siempre ha encajado de maravilla con ‘lo otro’. En el caso concreto del flamenco no se debe olvidar que el 'blues', eso que queda por debajo del aparataje musical del jazz y que está cubierto por el swing, está muy presente en todos los palos conocidos. El flamenco y el jazz están muy, muy, cerca. Flamenco y jazz son, sobre todo, blues y ritmos viejos, casi ancestrales.

Madrid, en esta época del año, se va convirtiendo en una ciudad invernal en la que las temperaturas bajan sin compasión (cada vez menos, todo hay que decirlo). Pero, en una ciudad tan grande y tan llena de vida, existen rincones que parecen oasis sea lo que sea que esté pasando. El pasado viernes los aromas andaluces y sudamericanos más exquisitos revolotearon en el Auditorio Nacional de Música de la capital y un puñado de afortunados pudimos disfrutar del concierto de Chano Domínguez que estaba previsto en el marco de la programación de jazz del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM). Un concierto magnífico, emocionante y evocador a partes iguales. Fusión de flamenco y jazz, aromas caribeños, latinos puros.

Chano Domínguez (Premio Nacional de Músicas Actuales 2020 que otorga el Ministerio de Cultura y Deporte) se plantó en el escenario de la sala de cámara del Auditorio Nacional y dejó muy claro que el flamenco, el jazz, la música tradicional, unas gotas de clasicismo y el necesario toque de maestría que pone el músico, no puede fallar de ninguna de las maneras.

Chano Domínguez. / Fotografía de Elvira Megías

Arrancaba el concierto con un tema precioso, ‘Alegría callada’, que nos trasladaba hasta Cádiz. El tema está claramente construido sobre las ‘alegrías gaditanas’ y Andalucía caía sobre el patio de butacas para cubrirlo de una sonoridad única, de una belleza imposible de encontrar en otro tipo de música. A continuación sonaba una versión de la canción de Violeta Parra ‘Gracias a la vida’ con la que Chano Domínguez demostraba que su mano derecha puede alcanzar una velocidad descomunal sobre el teclado del piano. Preciosa y llena de virtuosismo esta pieza.

Chano Domínguez quiso homenajear a Paco de Lucía y Chick Corea, y lo hizo de la mejor de las formas. Escuchamos ‘Monasterio de sal’ una colombiana maravillosa (las colombianas son piezas flamencas con clara influencia caribeña) y ‘Canción de amor’ (un tema dificilísimo de interpretar) compuestas por Paco de Lucía. De Chick Corea, Chano Domínguez eligió algunas de las canciones del trabajo titulado ‘Children's Songs’ del pianista norteamericano. Se trata de música escrita aunque Chano Domínguez se dejó llevar hasta el territorio de la improvisación en las canciones ‘Número 4’ y ‘Número 20’ de forma especial. Por cierto, la improvisación de Chano Domínguez fue deslumbrante durante todo el concierto.

El público disfrutó de una versión de ‘La Tarara’ en la que el músico pidió la colaboración del patio de butacas que se arrancó a entonar el estribillo de la canción. Un momento lleno de magia que se premió con fuerza. Y el concierto terminaba con el tema de Marta Valdés ‘Hacia dónde’.

Técnicamente, el gaditano es un portento. La fusión que hace es preciosa. Sobre el escenario se entrega por completo. Y es capaz de derramar aromas andaluces con cada pieza.

Ya se ha convertido en un clásico que la programación de jazz del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) sea un reclamo para los aficionados de toda España.

El fresco se apodera de Madrid. Las corcheas, las fusas y las redondas lo hacen de todos aquellos que buscan ese rincón tan acogedor que solo puede ofrecer la música.

G. Ramírez




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