666

lucifer
Si la venganza es un plato que se sirve frío, lo maligno es un licor que se bebe a pequeños sorbos. Al menos así lo demuestra 666, un libro que, con menos de 100 páginas, engaña al lector que pretende devorarlo, pues con el punto final de cada uno de sus 6 relatos, la narración termina, pero el mal sigue al acecho y es necesario tomarse un tiempo para sacudir el espanto.

Las autoras son seis escritoras españolas nacidas entre 1957 y 1971 que aportan igual número de miradas sobre el demonio y los artilugios usados para capturar y esclavizar a sus víctimas. Carmen Jiménez Gómez, editora de esta selección consiguió reunir tan variadas visiones como estilos narrativos para expresarlas. Historias que desvelan los más íntimos miedos y obsesiones de la sociedad de este milenio. Satán convertido en empresario que compra almas a cambio del éxito y la belleza que exigen las reglas de consumo; camuflado en el amor filial y sus cadenas de culpabilidad; habitando las sombras de una negada enfermedad mental o escribiendo cartas de amor a su esposa mientras dirige la construcción de campos de concentración.

Al poner en la misma copa, la progresiva sensación de angustia que genera Elia Barceló con giros narrativos inesperados; el realismo escalofriante de Marta Sanz que sin conjuros ni apariciones impregna de terror la vida cotidiana, y añadiendo además la desconfianza y el rechazo que se producen al reconocer la cara buena del mal en el texto de Susana Vallejo, se logra ya una pócima infernal. Si a esto se agrega ese fragmento de vida de personajes cuya procedencia y destino se desconocen en la historia escrita por Esther García Llovet; la precisión extrema en el uso del lenguaje, sin sensiblerías ni manierismos que hace del relato de Cristina Cerrada descarnadamente terrorífico; y por último la sutileza con que habitan los demonios en una mente enferma en el perturbador cuento de Pilar Adón, se completa la receta del brebaje capaz de llevar al lector al inframundo.

666 es un libro que atrapa y no suelta, como lo hace el mismísimo mal personificado, pero si lo que busca esta recopilación es responder a la pregunta «¿Qué es el diablo, hoy y ahora, para nosotras?», como lo dice en el prólogo su editora, ninguna salvo Marta Sanz, la única que narra en primera persona (no quiero decir que sea sólo por eso), es a mi modo de ver, también la única que realmente aporta una visión femenina del asunto infernal (que conste que no digo feminista). Queda pendiente la deuda con el lector de las seis versiones masculinas.

Calificación: Bueno.
¿Tipo de lectura?: Angustiosa, escalofriante.
¿Tipo de lector?: Amantes de los buenos relatos.
¿Dónde puede leerse?: Cerca de una iglesia o una mezquita. Por si acaso.