EL SUEÑO DEL CELTA

vargas llosa
Novelar una vida, documentar unos acontecimientos biográficos y convertirlos en una ficción, oscureciendo o aclarando algunos de los hechos en beneficio del mensaje y de la trama no es una labor grata, ni sencilla, ni prudente. Se arriesga a la crítica y a la impostura. Adquiere una responsabilidad con la sociedad para la que se escribe y con las generaciones futuras. Precisa de calcular una ambigüedad que no vale para el documentalista o el historiador y –al mismo tiempo- un uso limitado de la imaginación.

Cuando quien emprende esta tarea es uno de los más importantes escritores vivos, laborioso trabajador, incansable investigador de las estructuras literarias, pensador de los tiempos pasados dentro de su propio tiempo, como es el caso de Mario Vargas Llosa, el resultado debe de ser satisfactorio. Y lo es.

El sueño del celta es la historia de Roger Casement, adalid de los derechos de los nativos del Congo y de la Amazonia frente a la explotación colonial, polémico precursor de la independencia de Irlanda. Idealista, pecador, traidor. Una vida con la complejidad de sus numerosos viajes –físicos y mentales- en torno a la libertad de los oprimidos y a la suya propia.

La novela, como no podía ser de otra manera, tiene ecos de El corazón de las tinieblas, de Conrad, de otras novelas de Vargas Llosa como La casa verde o El hablador  en las que ya se preocupó por el encaje de las culturas primigenias en eso que llamamos civilización, donde investigó los sistemas de esas sociedades y les infundió vida con su escritura prolija.

La esclavización del hombre por el hombre, la violencia de los espacios naturales, las trampas del nacionalismo. El escritor peruano se enfrenta a estos temas con el pragmatismo de quien los conoce y los entiende, que no busca para ellos alardes morales ni soluciones milagrosas, sino que intenta provocar en el lector una conciencia ética sobre los mismos. Al conseguirlo demuestra una vez más su maestría después de una destacada carrera en las letras en español.

El sueño del celta está compuesto por sucesos de la infancia, por deseos oscuros y prohibidos, por la lucha del instinto contra la ominosa idea de pecado. Su relato profundiza en el pensamiento de lo que significa ser salvaje, primitivo o traidor y cómo el uso de esos términos se relativiza en el espacio y en el tiempo, como también lo hace en el devenir de una vida y en cada uno de sus instantes.

Un buen libro.

Calificación: Bueno
Tipo de lector: Cualquiera.
Tipo de lectura: Fluida.
Argumento: Real.
Personajes: Ricos y complejos.
¿Dónde puede leerse?: En un barco, navegando un gran río selvático.