FIB 2015: EL AÑO DEL RENACIMIENTO
El Festival Internacional español más británico cerró una nueva edición en esa especie de Tierra Santa de la música alternativa llamada Benicàssim. Se trató de la vigésimo primera, pero bien parecía ser el auténtico 20 Aniversario. Tras una edición 2014 de escasa aceptación y que supo a poco pese a ser tan señalada, la de 2015 ha sentado las bases de una nueva etapa fructífera: con sabor a cartel clásico pero con aires frescos listo para imponerse de nuevo como uno de los mejores festivales del mundo. Los esperados Florence + The Machine o unos coloristas BLUR se encargaron de subrayar esta última edición en letras doradas.
Con ritmos de charanga musical, FIB 2015 abría sus puertas el jueves 16 con una selección de artistas variada, nombres de calidad pero festivos, de grandes nombres y de nuevas promesas. La reina de la noche fue Florence Welch, el alma de Florence + The Machine. Como un ángel ingrávido, la pelirroja inglesa danzó descalza por el escenario, rompió su figura en siluetas de luz con torsiones imposibles e hizo feliz a una de sus fans cantando juntas y abrazadas en uno de los momentos más mágicos del festival. Era la primera vez que Welch y su banda se subían al escenario del FIB, tras su repentina cancelación en 2012. El resultado nos permitió disfrutar de una imponente voz enmarcada en un poderoso sonido, tan fuerte como la capacidad de los siempre buen rollistas Crystal Fighters de hacer bailar a toda la masa festivalera con cada uno de sus hits. No sonó ni un solo tema que no fuera cantado de principio a fin por los fans. Más de una docena de canciones imposibles de no ser reconocidas, aunque su vocalista haya decidido prescindir de su característica melena. La fusión dance fue cosa de Clean Bandit, una de las bandas revelación del año, quienes pese a su corta trayectoria hicieron estallar en euforia al público a base de cuerda frotada con aires clásicos y la arrolladora presencia de la cantante Elisabeth Troy en gran parte de los temas.
El viernes 17 se presentaba cómodo, una ristra de primeros nombres indispensables y tiempo para sorpresas pero, de lo que teníamos ganas de verdad era de ver qué traía Noel Gallagher en su vuelta a Benicàssim acompañado por su banda: los High Flying Birds. El cofundador de Oasis satisfizo a los fans acérrimos de la histórica banda británica haciendo sonar un buen puñado de temas míticos, perfectamente combinados con su más reciente trabajo de estudio junto a su nueva formación. Gallagher acabó justo a tiempo para que miles de fibers se movieran en manada hacia el camping para ponerse a tono justo antes de otro de los nombres con letra gruesa del cartel: The Prodigy. La electrónica imparable de tres décadas de tecno estalló en todas direcciones literalmente. No había un metro cuadrado de la pista del escenario principal donde no pudiéramos encontrar a británicos y españoles fusionados en corros de pogo chocando espalda contra espalda o levantando las piernas enérgicamente más arriba de lo racionalmente posible. Tras ello, quien tenía más ganas de fiesta, tenía varias opciones, las que congregaron más adeptos fueron las sesiones dj de Brodinski o el pub de carretera con piscina (más llena de barro que de agua cristalina) llamado South Beach. Allí luces de neón y clásicos indies de siempre se encargaron de despedir la noche.
El sábado 18 tenía muchos nombres, variados y destacables en uno u otro sentido. El más reseñable por encima de todos fue el de BLUR, quienes volvían a Benicàssim tras más de una década. Enmarcados por la estética colorista de su último álbum, The Magic Whip, helados de colores y tres hipnóticos círculos de fondo se fusionaban con la actitud jovial y traviesa de su líder Damon Albarn. Una buena tanda de temas inmortales y la más que buena predisposición del público hicieron el resto. Muy cerca de ellos disfrutamos de la presencia del polifacético Mark Ronson. El dj, compositor y productor de temas inolvidables se presentaba en el escenario mediano para poner de largo su enigmática propuesta. No sabíamos qué haría el británico: primero había sido confirmado como Dj, y después anunciado en formato Live, uno de los únicos que daría en todo el mundo. Definitivamente se presentó parapetado detrás de una mesa de mezcla y la compañía de varias voces de hip hop que respaldaban los temas que iba pinchando. Confirmamos que Ronson estuvo ahí, su inconfundible tupé daba muestras de ello, pero se echó en falta una presencia más firme del mítico músico al sonar grandes joyas pregrabadas como Valerie (con Amy Winehouse) o la reciente Uptown Funk (con Bruno Mars). Por otro lado, el momento más desfasado de la noche tomó forma en la ausencia de voz de Ricky Wilson vocalista de Kaiser Chiefs. La banda de Leeds salvó los muebles de una actuación avocada al fracaso gracias a una buena ristra de temas archiconocidos capaces de mover en masa al público de forma incondicional. Wilson se arrastraba por el escenario de altavoz en altavoz, con alguna bajada a las primeras filas para avivar la catarsis frenética colectiva. Mucha marcha para tan pobre directo. Mucho más tenían que ofrecer los granadinos Los Planetas en un show que contó con la presencia del futbolista Mendienta en Un buen día, canción que menciona al conocido deportista.
Y llegó la última noche, la del domingo 19 y la de las apuestas más diferentes y seguras. Desde el estreno por la puerta grande de los nacionales Vetusta Morla, al indiscutible protagonismo de Portishead y su trip hop más envolvente. Beth Gibbons estuvo afinada y evocadora, respaldada por unas melodías evasivas y estimulantes. Unos cientos movían sus pies al acompasado ritmo en comunión, el resto (la gran mayoría), disfrutaba de la experiencia de tener a la imprescindible banda de Bristol ante sus ojos desde la comodidad del amplio césped del recinto. También brilló Bastille en su prueba definitiva ante el público de Benicàssim. Era la segunda vez que la banda liderada por Dan Smith pisaba el festival y en esta ocasión se enfrentaban al duro reto de llenar el escenario principal. El éxito absoluto cosechado a lo largo del último año fue la garantía necesaria para crecer de nuevo en el directo con la energía suficiente para dar vida a los temas. Con camiseta de Jurassic Park incluida y un maniquí en suspensión recortado en el juego de luces, Bastille convencía a los círculos más comerciales llamando la atención positivamente también a los alternativos más escépticos. El gran impacto de la noche vino de la mano de FFS, la banda formada por Franz Ferdinand y los legendarios Sparks. Con un sonido más propio de los segundos que de los primeros, el experimento musical se llevó al público de calle. Buena parte de la culpa la tuvo la inclusión de los temas más conocidos de una y otra formación en el setlist final del espectáculo. La compenetración vocal total entre ambos líderes y la performance más extravagante y divertida del teclista Ron Mael elevaron al sobresaliente la propuesta. Por último, la danesa Mø se encargó de poner patas arriba el escenario mediano hacia el final de la noche. Mezclándose entre el público como una más, fusionó su r&b electrónico con temas dance más bailables junto a un apoyo visual cargado de significado. Mø trepaba por las primeras filas haciendo inevitable desear unirte a su espectáculo y moverte como ella.
El Festival Internacional de Benicàssim llegaba a su fin. Puede que toda esta euforia renovada sea culpa de la mente de Melvin Benn, el nuevo propietario del festival. Tras la marcha de Vince Power después de casi una década a los mandos de la máquina, Benn ha conseguido recuperar la ilusión de los fibers (algo venida a menos en los últimos años) con un cartel que, sin ser de los de antes… se le parece. Y es que reunir a nombres tan fundamentales del panorama alternativo internacional y una apuesta nacional brillante solo podía acabar bien. En total, cuatro días de música y siete de un camping que inevitablemente acabas considerando tu nuevo hogar. En Benicàssim todo se fusiona, desde la jarra de sangría junto al mar y los pies llenos de arena a los metros y metros de escenario principal y actuaciones para el recuerdo.
UN FIB CON FUERTE PRESENCIA NACIONAL
Si algo caracteriza este FIB 2015 es que las bandas nacionales no han sido, ni de lejos, nombres de relleno en el cartel. Nuestros músicos nacionales se subían al escenario principal en prime time con miles de espectadores apoyándoles. Y otros defendían sus propuestas en el escenario mediano y pequeño con sobrada calidad.
El jueves 16 uno de nuestras bandas más internacionales, L.A, se hacía un importante hueco en la noche festivalera. Su sonido americano y su fuerza interpretativa lograba despertar la curiosidad de algún que otro británico. Poco antes fueron los madrileños Trajano los encargados de abrir la tarde. La propuesta de esta banda emergente cada día más consagrada no deja impasible a nadie, y aunque el sol aún pegase fuerte, era una cita indispensable para los fibers.
El viernes fue la noche de la siempre personal y emotiva Ana Fernández-Villaverde, más conocida como La Bien Querida, en el escenario mediano. No muy lejos de allí, en el bus de Red Bull, los siempre impecables Nudozurdo sonaban vivaces en su regreso musical de este año.
El sábado Los Planetas atraían de forma inevitable todas las miradas y colonizaban con maestría la noche festivalera dejando una imagen para el recuerdo: la del futbolista Mendieta tocando junto a la banda en la canción que aparece su nombre, Un Buen Día. Minutos antes, las enérgicas Hinds demostraban por qué su nombre no deja de sonar en todas partes y por qué se están convirtiendo en una de las bandas nacionales emergentes con mayor proyección internacional.
El domingo una de nuestras bandas más importantes del panorama independiente se estrenaba en las tablas del FIB: Vetusta Morla. Parece imposible que los madrileños aún no hubiesen sonado en Benicàssim, pero ahí estaban para agradecer emocionados la invitación, y rabiar con cada uno de los temas de su último trabajo y buena parte de los anteriores. El Joe Crepúsculo más divertido o el punk destacado de Belako y Novedades Carminha se encargaban de completar la fuerte apuesta nacional de este FIB 2015.
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