Tragedia y comedia clásica como explicación del presente

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Teatros Romanos de Andalucía quiere acercar la obra teatral clásica, o adaptaciones de la misma (con el añadido de una opereta firmada por Jacques Offenbach), a miles de espectadores. El pasado año fueron más de 8.000. Serán los enclaves arqueológicos de Itálica (Santiponce, Sevilla), Baelo Claudia (Tarifa, Cádiz) y el Teatro Romano de Málaga, los escenarios inigualables en los que se desarrollará un programa pionero. Plauto, Eurípides, Aristófanes, entre otros, llegan como modo de contarnos el mundo. Porque el mundo es lo mismo desde que lo es. Lo hemos ido disfrazando, pero la esencia es insustituible. Por ello y por el carácter universal y atemporal de estas obras, esta actividad se hace imprescindible en el panorama artístico andaluz.

Plauto es uno de los autores destacados en esta actividad propuesta por la Junta de Andalucía. Logró para Roma una adaptación de la Comedia Nueva Ateniense. Roma acababa de descubrir la cultura griega y no soportaba, aún, la moda que, posteriormente, helenizaría todo a su paso. La sociedad gravemente enferma era el centro de las comedias de Plauto. Alejado del patriotismo bélico, dibujó la ingenuidad más pueblerina situada en pueblos arcaicos. Sus escenas se llenan de gentes marginales (pícaros, cortesanas, parásitos, esclavos, nuevos ricos) y gracias al léxico callejero sumado a la fluidez en los diálogos, logra que el romano medio se olvide de un mal sueño llamado Cártago. Como nos pasa a nosotros con la crisis.

Una de las obras de Plauto que se representará en los teatros romanos es Los Gemelos; una comedia de enredo que recuerda a todo o que se ha escrito posteriormente y que resulta modernísima. La confusión llena el escenario y provoca que los personajes vayan de un lugar a otro buscando explicaciones que el espectador ya conoce desde el principio y que le permite ir por delante de la acción. Así puede ir dibujando el carácter del personaje. La obra presenta alguna descompensación argumental (por ejemplo, la escena de los médicos) producto, seguramente, de algún añadido del autor al adaptar el original. Esa trama consiste en la búsqueda de un sujeto; de un hermano gemelo perdido tiempo atrás. Es sencilla aunque invita a una reflexión sobre lo que significa la dualidad del ser humano, sobre la necesidad de no dejar cosas por el camino para no perder la esencia.

La otra obra de Plauto que podremos disfrutar en los teatros romanos de Santiponce, Tarifa y Málaga es Anfitrión (Amphitruo). En el prólogo, Mercurio la anuncia como tragicomedia. Y es que es la única obra de Plauto en la que el mito aparece. Eso sí, de una forma algo especial. Mercurio se perfila como un pícaro y Júpiter como un sinvergüenza absoluto. El único personaje propio de comedia es Sosia, un esclavo que vive, a pesar de sus grandes desdichas, echándole sentido del humor a la cosa.

Mercurio se metamorfea en Sosia; Júpiter aparece con el aspecto de Anfitrión y hace suya a Alcmena (esposa de Anfitrión). A partir de aquí, todo se convierte en un disparate. Lógico, cuando tenemos en escena, entre otras cosas, a un dios juguetón y enamorado. El asunto que quiere explicar la obra es el nacimiento de Hércules. La obra es muy poderosa en sus zonas cantadas y ha sido fuente de inspiración para autores de la talla de Molière o Von Kleist.

Aristófanes es otro de los protagonistas de la atractiva actividad que se propone desde la Junta de Andalucía. Aristófanes y su obra Lisístrata. Este autor era populista a más no poder y utilizaba unos registros literarios cercanos a lo grosero y chabacano. Con ello, las clases sociales del estrato más bajo se veían atraídas y encontraban una diversión tan necesaria como segura. Sin embargo, Aristófanes no se olvidó del mensaje moral o la crítica social. En esta obra nos coloca frente a un mensaje claramente feminista. Posiblemente, el primero de la historia de estas características. Las mujeres atenienses deciden no complacer a sus maridos en el lecho buscando con ello que termine la guerra contra los espartanos. Esta es una obra profunda y comprometida.

Eurípides, maestro de la tragedia, es el autor que nunca puede quedar fuera. Es imprescindible. Y el programa Teatros Romanos de Andalucía lo ha tenido en cuenta.

Medea, la protagonista de la tragedia de Eurípides, después de cargarse a la nueva esposa del que fue su marido, al padre de la nueva esposa; a Jasón, que fue su marido; y a sus hijos (de su marido y de ella, de Medea), después de cargárselos, decía, sale pitando hacia la corte del rey de Atenas. Y lo hace subida en un carro tirado por dragones. Fascinante. Una historia que se ancla en una trama repleta de venganza, pero que trata de la maldad. Todos podemos desear daño a otro después de sentirnos traicionados por él, todos nos dejamos dominar por la ira aunque sólo alguien como el personaje de Eurípides puede llegar a esos extremos. La maldad convierte la venganza en la peor de las armas, en la más letal. Supongo que todo el mundo sabe que, cuando Medea huyó con Jasón y fue perseguida por su padre, ella mató a su hermano y esparció los restos para obligar al padre a dar sepultura, poco a poco, a su hijo y así retrasar esa persecución. Una alhaja de mujer.

El programa Teatros Romanos de Andalucía, nos acerca la obra de Eurípides de una forma muy original puesto que nos ofrece la posibilidad de asistir a la representación de Medea, la Extranjera, una adaptación de Carlos Iniesta a partir de textos de Eurípides, Séneca, Heiner Müller y otros autores. Una adaptación que busca explicaciones a nuestra realidad desde un mito que perdura a través del tiempo. La puesta en escena incluye coreografías elegantes y efectivas (no próximas a la ejecución exquisita aunque suficientemente evocadoras) y elementos sencillos que impregnan de sobriedad el conjunto escénico. Se juega con los colores desde la iluminación y desde un vestuario cuidado y preciso. Aunque lo más importante, además de un texto muy compensado, es la expresión corporal de la que hace gala el elenco. Se interpretan situaciones que podrían convertirse en un espectáculo histriónico y que, sin embargo, bajo una dirección actoral impecable, quedan controladas por completo.

Otra de las obras de Eurípides que se representará es Las Bacantes. Una tragedia que habla de las dualidades que el hombre arrastra. Lo viejo y lo moderno; lo tradicional y el cambio; la virtud y el vicio. En definitiva, lo apolíneo y lo dionisiaco. Eso sí, planteados como elementos que suman y se complementan, como elementos que necesitan del otro necesariamente. Sobrevuela, durante toda la obra, un criticado sentimiento religioso que acaba con el raciocinio. Por ello, Las Bacantes es una de las obras más extraordinarias y moderna de este autor.

Por último, podremos disfrutar de la representación de la obra Augusto. Fortuna pública, dolor privado. La figura de Augusto se perfila como protagonista de nuestro pasado, un tiempo que siempre es referencia y explicación. Los grandes éxitos de este Emperador de todo contrastan con un sufrimiento íntimo que configura al personaje desde su presente y su pasado. El texto de la obra lo firman Ramón Bocanegra y Manuel Jesús Parodi.

Si añadimos a todo lo dicho la representación de la opereta firmada por Jacques Offenbach, La bella Helena, obra menor dentro del repertorio operístico aunque divertida y algo disparatada que aborda el origen natural de Helena; tenemos un programa muy atractivo que merece la pena aprovechar. Por su peso artístico y por los enclaves en los que se va a desarrollar.

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El teatro nació en Grecia. Al menos eso creemos o queremos creer. Para los griegos el pasado era fundamental por la importancia que concedían a superar las barreras temporales, a la trascendencia. Por ello, dentro del marco de las fiestas religiosas, se comenzaron a representar obras en las que se encarnaban los mitos buscando que lograsen parecerse a la eternidad. En las fiestas Dionisiacas y en las Lenias no faltaban obras que competían por ser la mejor. Se consideraban parte de la liturgia por lo que la financiación llegaba desde las familias más adineradas o el propio Estado. Esto ya deja entrever su importancia.

Posiblemente, el teatro llega a Roma al mismo tiempo que el refinado pueblo etrusco (cuando se dice que estos pueblos eran refinados y exquisitos se obvia la parte de los espadazos, violaciones y constantes trifulcas que protagonizaban). Una vez que el teatro se asienta en Roma, se estructura como el lugar en el que la sociedad se organiza como conjunto de estamentos. De hecho, cada uno de ellos, queda retratado dependiendo de su importancia. Los lugares en los que quedan colocados unos y otros (dentro del recinto teatral) formaba parte de un protocolo respetado e inflexible. Además, el teatro era el lugar en el que las clases sociales, sin excepción, se igualaban al disfrutar de lo mismo un tiempo concreto. En el teatro los romanos querían aparentar, emparentar y medrar.

Las representaciones teatrales nunca abandonaron su carácter sacro (del que procedían claramente). Evolucionaron yendo desde los dioses hasta lo pornográfico y lo sangriento. El público buscaba diversión, extravagancia, liberación. Y poco más. Sin ir más lejos, la tragedia se aceptaba por la puesta en escena y no por la temática. En este sentido, no parece que hayamos avanzado gran cosa las sociedades actuales.

Pues bien, hasta el próximo 27 de septiembre; en los enclaves arqueológicos de Itálica (Santiponce, Sevilla), Baelo Claudia (Tarifa, Cádiz) y del Teatro Romano de Málaga; se podrá disfrutar de las diferentes representaciones de tragedias y comedias clásicas o de textos adaptados por diversos autores. Ya que la oferta es muy interesante, conviene hacer una maniobra de acercamiento para conocer las obras (si es que no se conocen) y, así, conseguir un disfrute mucho mayor.

Itinerario
Representaciones en Itálica:
• Los gemelos: 10, 11 y 12 de julio
• Augusto: 16, 17, 18 y 19 de julio
• La bella Helena: 24, 25 y 26 de julio
• Las bacantes: 31 de julio, 1 y 2 de agosto

Representaciones en Baelo Claudia:
• Augusto: 30 y 31 de julio, 1 y 2 de agosto
• Amphitrion: 6, 7, 8 y 9 de agosto
• Medea, la extranjera: 14, 15 y 16 de agosto
• Lisístrata: 21, 22 y 23 de agosto

Representaciones en Málaga:
• Medea, la extranjera: 4, 5 y 6 de septiembre
• Amphitrion: 11, 12, 13 y 14 de septiembre
• Los gemelos: 18, 19 y 20 de septiembre
• La bella Helena: 25, 26 y 27 de septiembre