Volanderas
Volanderas es el último libro de relatos del escritor español Víctor García Antón, que nació en Teruel pero vive en Madrid.
Son relatos como eslabones que enlazados en este libro conforman una cadena. Pero cada uno por sí solo es una pieza cerrada, si se quiere.
Quiero decir: si rompemos la cadena, que en definitiva es el libro y su trabajo de recopilación y edición, igual quedan piezas que no necesariamente son para armar.
Hablando de edición… La editorial que publica esta obra es Tres rosas amarillas, una librería imperdible del barrio de Malasaña que se aventuró también en el oficio de la edición. Al entrar en el local de la calle Espíritu Santo se nos estimula la vista con tanto libro álbum y libro objeto para niños -y no necesariamente para niños-, sobre todo importados.
Pero volvamos a (las) Volanderas. Con ese título en el libro no podemos esperar de esta ficción nada fijado, nada establecido, nada anclado. Más bien algo efímero, algo improvisado. Son hojas volanderas, que en el relato «Las octavillas» son observadas por sus propios autores como hojas descartadas por los vecinos, hojas que éstos prefieren usar para avivar el fuego. Panfletos sociales, probablemente, que no interesan ser leídos. Son octavillas volanderas: tal vez unas propuestas sociales o de convivencia, escritas para compartir entre una comunidad, que seguramente se proponen organizar, establecer (algo), pero que se califican por lo accidental, por lo casual, por lo volandero.
Todos los relatos nos hablan de una comunidad de habitantes que no participa del sistema. Una comunidad autogestionada, con sus propias reglas y juegos. Una comunidad habitada por personas que en la realidad de la ficción igualmente podrían llamarse personajes. Porque la vida cotidiana de esos personajes (ahora digo «personajes» desde aquí, desde este mundo de las reseñas literarias) es muy diferente a la vida cotidiana que todos nos creamos por consenso social. Esos personajes (en la realidad de la ficción) son en realidad personas que viven diferente, que no son juzgadas, que están en el borde entre estar viviendo o estar actuando, y que tienen un gran oponente o contrincante que es «la autoridad» (personaje amenazante que aparece así, en singular, reiteradas veces).
Pero volvamos a la cadena, a los eslabones enganchados. En esta continuidad de las piezas algunos elementos se repiten, entre ellos, uno maravilloso: la imagen poética de la risa como insultos, que no siempre se expresa así, como una comparación. Luego, un «nosotros», pues al fin y al cabo estas historias de grupo, comunitarias, no podrían tener un narrador en singular y exigen a este en primera persona del plural. Pero también se repiten las malas hierbas, y se repite una maleta, y se repiten unos niños y unas pelucas y barbas postizas. Y entonces ahí aparece el disfraz, y de nuevo esta sensación de que hay una ficción en la propia ficción o de que las personas son personajes, y una atmósfera de que la vida misma es sinónimo de recreación y entonces no hay barrera entre jugar y vivir.
Todo esto, sin embargo, descrito con precisa parquedad que se desprende de ese narrador que habla por él y por todos los demás (ese «nosotros»). Es un texto sobrio, despojado de adornos, que si tiene que contar lo más disparatado lo hace con el mismo tono de neutralidad que atraviesa a lo más trivial. Será porque cada uno de los relatos que conforman el libro se propone como una volandera (que aquí es la mencionada octavilla), y así se narran, con el registro y tono de una octavilla de propaganda. El mayor logro del libro está en la capacidad de mantener ese tono sin perderlo nunca, y hablar de la misma manera que habla aquello de lo que se habla.
Por último, los ya mencionados personajes. Distantes pero vulnerables. Comunitarios pero únicos, aislados en la mudez, el encierro o la muerte, pero participando, siempre participando, de lo que este libro retrata a la perfección (y se agradece que haya literatura que lo retrate): una vida en común.
Calificación: Diferente.
Tipo de lector: Alternativo.
Tipo de lectura: Rápida.
Argumento: Una comunidad autogestionada en España vive por fuera del sistema.
Personajes: Nicolás, Elena, Tomasina, Rita, Lola, Iván, y todos los demás que forman parte de esa comunidad.
¿Dónde puede leerse?: En una reunión de amigos; leerse en voz alta, se puede.
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